Líricos vs. Resultadistas

El fútbol no es sólo un juego, es un fenómeno social con infinitas variables, por lo tanto es materia opinable y difícilmente se obtenga una verdad absoluta sobre él. Salvo, claro está, que la pelota es redonda.

No obstante, algunos filósofos del fin de las ideologías encontraron formas de medir la verdad: el resultado. El que gana tiene razón. Pero no se conforman con eso, ubican al resto de los pensadores del fútbol del lado de los líricos, los ilusos, los que creen en magia y no en ciencia. Como no puede ser de otra manera, la izquierda del fútbol sucumbe en la discusión, y de la manera más idiota, como la izquierda política, habla de espíritu, ideales. En fin, de magia.

Lo que pocos teóricos de la derecha resultadista del fútbol no dicen, y nadie del otro lado se lo reclama, es que los resultados no están del lado de los defensivos, de los que ponen torres para cabecear, ni del "majestuoso fútbol europeo". Al contrario, el mejor del mundo era un enano gordito que le daba con la mano y ganó todo, los mejores de Europa son los que juegan parecido a los sudamericanos, con un mundial menos en estas tierras estamos mano a mano en campeonatos (Uno se jugó en Asia) y hasta la misma Italia tuvo que atacar a Alemania en 2006 para ganar, cosa que no hizo el equipo de Pekerman.

Hay mucho otros argumentos que el lector científico podrá indagar de forma autónoma para demostrar que las estadísticas favorecen a quienes atacan y juegan bien. No es una cuestión de gustos, es de ciencia. Ciencia social, pero ciencia al fin.

La continuación de estos argumentos no se harán esperar.

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