Lo delicioso de este fantástico deporte radica en su imprevisibilidad. Con tantas variantes como un ajedrez humana, el fútbol se permite tomar licencias de la lógica de mercado. En el torneo local argentino los equipos llamados "Grandes" ni se arriman a mojar la vainilla en la leche y eso provoca una baja importante en las ventas. Sumada a la crisis económica, esta baja pone de punta los pelos de los accionistas y los integrantes de las mesas de los directorios de empresas relacionadas con el deporte.
Sucede que a pesar del alto porcentaje de puntos a lo largo de la historia, por el poderío económico, los clubes como Boca, River, Independiente, Newell's, Racing o San Lorenzo no pueden hacer pie en la coyuntura actual. No es que en el futuro dejará de imponerse la lógica del más fuerte, sino que permite, en breves lapsos de tiempo, que el resto del planeta fútbol vea limar algunas desigualdades acrecentadas por el modelo neoliberal.
Este modelo que permite no sólo mejores condiciones económicas en los equipos populares para la compra de jugadores con mayor categoría, sino que a veces, como con los monopolios de otros rubros, abusan de su autoridad en los fixtures, con los árbitros, quitando localías o bien con las sanciones disciplinarias.
Desde estas breves líneas se les envía un fuerte abrazo a los otros. ¡Al gran pueblo futbolero argentino salud!