ley de ventaja

Por el Goleador Fantasma

Independiente marcó la senda

Racing venía de perder cuatro partidos seguidos. La ilusión de sus hinchas había sufrido un duro golpe. Y llegó Lanús al estadio Presidente Perón. Y dijo: “No puede ser que un club vecino, amigo, con un técnico de raíces granates, sufra tanto”. Y decidió poner fin al sufrimiento racinguista. Y si la Academia había perdido cuatro partidos seguidos, sólo cuatro goles podían quitarle el bajón anímico. Lanús es un equipo solidario con otros equipos. Y si algo necesitaba Racing para romper la racha adversa, era la solidaridad de sus rivales. El notable rechazo de Erramuspe en el primer gol de Racing (rodilla-pecho-pase gol al adversario) habla a las claras de una voluntad por privilegiar el espectáculo. Podrán decir que es torpeza, pero... ¿cuántas veces se vio una jugada semejante? ¡Traten de parar la pelota con la rodilla, que les pegue en el pecho y que le caiga muerta al delantero rival... ¡Verán lo difícil que es! ¿Y cuántas veces habrán visto a un capitán del equipo capaz de hacerse echar inmediatamente des

pués del gol rival? ¡Agustín Pelletieri lo hizo! Y Racing pudo, ento

nces jugar a sus anchas. Y hasta se dio el lujo de hacer ingresar al Mariscal Roberto Ayala. Y el Lanús de Zubeldía se pareció por momentos al deslumbrante Independiente de Garnero, que no necesitó de expulsiones para acabar con la racha de cuatro empates consecutivos de Banfield. El principal beneficiado en uno y otro caso es el espectáculo, aunque no lo entendieran así los dirigentes Rojos, que despidieron a Garnero en el acto. Los periodistas deportivos pueden ufanarse de una fecha con treinta goles. Independiente y Lanús recibieron ocho de esos treinta goles ante equipos a los cuales les costaba mucho ganar un encuentro. A veces el caído necesita que lo levanten para seguir adelante con renovados bríos. Independiente y Lanús lo saben perfectamente. Y Banfield y Racing lo agradecen.


H.R War

Revista Barcelona - Setiembre 2010

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