Ley de Ventaja

por El Goleador Fantasma

El Bichi Borghi y su revolucionario autodespido

Claudio Borghi, se sabe, es un cultor acérrimo de la dinámica de lo impensado. Boca Juniors, el equipo que Borghi dirige, perdió dos de los tres primeros partidos del torneo Apertura 10. Es cierto que resulta llamativo que Boca pierda dos de los tres partidos y tenga un punto en tres fechas. Es fastidioso para los boquenses que, para colmo, River haya ganado sus tres primeros partidos, pero también es cierto que Boca incorporó un montón de jugadores nuevos, que todo equipo necesito cierto tiempo para ensamblarse, que dos partidos perdidos no dejan de ser muy pocos partidos y que cualquier dirigente medianamente sensato respetaría un entrenador que, como en el caso de Borghi, viene de ser campeón con su anterior equipo. Pues bien, efectivamente, ningún dirigente de Boca cuestionó el trabajo de Borghi, ninguno osó poner en duda su continuidad. En cambio, quien sí cuestionó el trabajo de Borghi y hasta le dio un ultimátum muy severo a Borghi fue… ¡el propio Borghi! “Si bien los plazos los ponen los dirigentes, sé que el próximo resultado será determinante para mí y para Boca. Si no ganamos, se nos complica todo”, señaló. Es muy interesante, diría revolucionario, lo que Borghi acaba de hacer. Su autoexigencia es mucho mayor que la exigencia de los dirigentes. Entonces Borghi le mete presión a Borghi. Le dice: “Borghi, ponete las pilas que el equipo es un desastre”. Y Borghi escucha lo que le dice Borghi y trata de hacer lo que puede. Y, si resulta que no puede, si pierde tres partidos seguidos, Borghi considerará que Borghi no está capacitado para dirigir a Borghi y despedirá a Borghi de Boca. Clarísimo, ¿verdad? Algunos podrán decir que al Bichi le picó el Bichito de la demencia: allá ellos. Ahora que ya no tira rabonas dentro de la cancha, Borghi se las arregla para seguir sorprendiendo al público futbolero. Las cosas son como son: el supo ser diferente como jugador será, inevitablemente, diferente como entrenador. Aunque los cagatintas de siempre no entienden nada.

H. Romeo War

Revista Barcelona - Agosto 2010