Con la aparición de algunos jugadores se renueva la esperanza de que el fútbol sea fútbol nuevamente.
Ezequiel González en Central, Alejandro Gómez de Arsenal, Solari en San Lorenzo, Ervitti en Banfield, la vigencia de la Bruja Verón en Estudiantes; hacen ilusionar al amante del balompié con que en América del Sur se seguirá manteniendo algo de lo propio. Si bien, los defenestradores del enganche ponen como ejemplo al fútbol europeo y las estadísticas de los resultados. Los idiotas que estamos del otro lado deberíamos aprender a sumar y recordar que cuando en estos pagos se juega como se sabe y sin imitar, le hemos ganado a los troncos europeos. Y aunque Riquelme sea un verdadero pelotudo, no significa que no haya en ARGENTINA otro 10
Cuando veamos nuevamente los números, recordemos que a nivel mundial los equipos del continente han ganado más que los de Europa. Sin tener en cuenta que somos menos países. Los líderes del fútbol moderno, tampoco aclaran que en el viejo continente para mejorar buscan jugadores sudamericanos o que se les parezcan.
Por supuesto que el fútbol ha cambiado y que la táctica tiene mayor valor, pero la estructura debe estar al servicio de la individualidad. El penoso Brasil de Dunga demuestra que cuando se juega a lo europeo, se pierde a lo europeo. Es un absurdo cuestionar el por qué no se le tiran centros a Alemania o Inglaterra. ¿Quién puede creer que le va a ganar a los inventores del centro con un par de cabezazos?
Al que no le falla la memoria debería recordar a los jugadores escoseses que salieron en la apertura del mundial 94 con la frente envaselinada ¡para cabecear hasta los Boeing! Ellos nacieron para eso, por eso lo buscan a Tevez, a Messi y a Agüero.
Se debe tener cuidado a la hora de repetir los discursos de aquellos que hacen negocios con maletas de alta talla. Porque todavía hay equipos allá lejos que buscan altos que se adapten rápidamente y a la hora de cobrar una comisión viene bien estimular que se produzcan grandotes burros que jueguen de 9 y mucha soja que nadie come en Argentina.
Ezequiel González en Central, Alejandro Gómez de Arsenal, Solari en San Lorenzo, Ervitti en Banfield, la vigencia de la Bruja Verón en Estudiantes; hacen ilusionar al amante del balompié con que en América del Sur se seguirá manteniendo algo de lo propio. Si bien, los defenestradores del enganche ponen como ejemplo al fútbol europeo y las estadísticas de los resultados. Los idiotas que estamos del otro lado deberíamos aprender a sumar y recordar que cuando en estos pagos se juega como se sabe y sin imitar, le hemos ganado a los troncos europeos. Y aunque Riquelme sea un verdadero pelotudo, no significa que no haya en ARGENTINA otro 10
Cuando veamos nuevamente los números, recordemos que a nivel mundial los equipos del continente han ganado más que los de Europa. Sin tener en cuenta que somos menos países. Los líderes del fútbol moderno, tampoco aclaran que en el viejo continente para mejorar buscan jugadores sudamericanos o que se les parezcan.
Por supuesto que el fútbol ha cambiado y que la táctica tiene mayor valor, pero la estructura debe estar al servicio de la individualidad. El penoso Brasil de Dunga demuestra que cuando se juega a lo europeo, se pierde a lo europeo. Es un absurdo cuestionar el por qué no se le tiran centros a Alemania o Inglaterra. ¿Quién puede creer que le va a ganar a los inventores del centro con un par de cabezazos?
Al que no le falla la memoria debería recordar a los jugadores escoseses que salieron en la apertura del mundial 94 con la frente envaselinada ¡para cabecear hasta los Boeing! Ellos nacieron para eso, por eso lo buscan a Tevez, a Messi y a Agüero.
Se debe tener cuidado a la hora de repetir los discursos de aquellos que hacen negocios con maletas de alta talla. Porque todavía hay equipos allá lejos que buscan altos que se adapten rápidamente y a la hora de cobrar una comisión viene bien estimular que se produzcan grandotes burros que jueguen de 9 y mucha soja que nadie come en Argentina.