Se viene el Rosariazo

De a poquito el país se ve inmerso en una atención diferente a lo habitual, la gran Capital comienzo a hablar del clásico de la meca del fútbol: Central-Newells. Si bien en la ciudad santafesina hace semanas que sus habitantes demuestran una presión insoportable por la contienda, Buenos Aires impermeable tiene que tomar cada año la cuestión.
Es que aparte de los temores ante una derrota de los simpatizantes, la vigilia de los funcionarios por los desmanes y el largo historial que lleva esta batalla; algo espiritual extra se respira en el aire, un folclore que escapa a los científicos sociales y que trasciende las fronteras de nuestro país. Que el negro Fontanarrosa, que Diego Maradona, que los campeonatos, que el descenso... No importa que peleen ambos por no bajar de categoría, que el partido sea penoso, lo que importa es que nadie puede explicar cómo se puede sufrir tanto con un lateral, o un saque de meta, cómo puede ser que con sólo tener la pelota el contrario nace una úlcera, porque se piensa en el vecino, en el compañero de trabajo, porque en Rosario se duerme con el enemigo. Es ñuls o central nada más, nada menos.